jueves, 28 de mayo de 2009

El Barca no admite a Farkas

Me encontré con farkas decía ser un completo benévolo, creía tener una especie de conexión con la mala suerte y no admitía ser considerado como figura de ningún tipo.
Cruzamos la calle juntos. Me ofreció unos cigarrillos, yo aproveche para observar su reloj, al rato ofrecí unos copos de cerveza y pregunté, insolentado por tamaña obviedad, me recomendó una especie de punto de encuentro para tipos como nosotros.
Al notar que su reloj no abrazaba su muñeca murmuro una molestia y se autoflajeló con su puño. Luego, se metió la mano al bolsillo y sacó un reloj semejante al mió.
Mientras caminábamos manifestó un buen humor, tanto, que después de alguna duda decidió contar una anécdota relacionada con su vida privada.
Me contaba, mientras ya divisábamos los guardias de nuestro destino, la absoluta certeza de que yo había robado un reloj, esto lo manifestó muy sereno, mientras que yo encontré en esa deducción un talento asombroso para resolver enigmas.
El cigarrillo se consumía en su mano diestra con la otra me apuntaba y me acusaba de robarle el reloj, decidí defenderme y hacerle notar que yo tenia cuartada.
5 minutos después una asombrosa señorita se nos acercó e invitándonos a unos tragos (siendo amiga de farkas y como de tal truco perteneciera)me trató de sobornar con una fiesta privada a cambio del reloj que según su teoría yo había robado a su amigo, in sinuosa nos dejó una tarjeta con sus números y agregó: el jefe paga!
Farkas después de su quinto whisky decidió regalarme un reloj yo acepte y espere con manos optimistas el valioso obsequio. Me apodó “el cara de palo” reiterando sus acusaciones de un robo, yo manifesté que ese tipo de apodos eran divertidos pero, siempre y cuando cumplan con una justificación.
Con la cara desdeñosa por algún tipo de fatiga farkas se disculpó y entró al baño, al volver(mas repuesto de cara) me invito a subir al segundo piso donde se desarrollaba la fiesta. Miró su reloj de repuesto, asi lo llamó durante toda la noche cuando yo distinguía las cualidades del mecanismo, y desplazándose por el lugar algo tambaleado para tomar el ascensor, me invito a subir con él decidí subir por la escalera, este me siguió expresando un leve temor.
Ya en el segundo piso el ambiente nos había atrapado por completo, las luces no dejaban de girar entorno al centro de baile y los perfumes eran muy gratos. Pasamos los primeros tragos observando la muchedumbre y a la vez conversando con un gringo, simpático hombre que no dejaba de repetir en tono de himno y animándome a mi, “where his watch”.
En un momento donde, farkas hablaba con el gringo con gestos de lamentación, decidí recorrer el lugar. Me acerqué a la barra se acercó un sobrio tipo de unos 43 años tenia estampa de rudo, me atendió correctamente
Y en un gesto de agradecimiento le dedique a él esta frase:”tiene hora?”.
Ya con unos tragos encima y algo más, terminé enfrascado en una conversación con una mujer encantadora, me hablaba muy de cerca y me abrazaba cada vez que entendía sus resoluciones en cuanto al tiempo y al espacio. Era admirable como desenvolvía todos sus sentimientos en tan breves pero épicas palabras. Épicas palabras que mi amigo farkas no logro escuchar, ya que como mediador de la discusión que se formo después de yo rehusarme a dar mi numero de teléfono a la encantadora dama, solo pudo escuchar el despecho de la señorita.
Sentados en el salón VIP del lugar, farkas no dejaba de señalar que en pocos minutos mas se produciría un “happy hour”.En una pregunta que pareció subestimar mi persona, farkas me hizo traducirle el significado de “happy hour”.Yo señale seguro de mi mismo que significaba “hora feliz”.Al resolver tan “encruzijado enigma” él me miro de manera que, a mi parecer, era envidiosa y me obligaba a admitir de nuevo un robo inexistente.
En ese instante se produjo una pelea en medio de la sala, unas botellas se quebraron y luego de unos gritos todo quedo sentenciado con un estruendoso disparo. yo me pare de mi asiento para observar a quien se le había disparado, pude notar que, una persona en frente de muchas miradas, se palpaba todo el cuerpo buscando herida de bala alguna.´
Curioso anime a mi amigo para que se parara y me diera el nombre del tipo que habían intentado matar pero, al no obtener respuesta de acción y menos a mi pregunta, procedí a sentarme de nuevo. Mi sorpresa fue grande al notar que mi amigo estaba desplomado bajo la mesa, se tocaba el pecho y al parecer había volteado el trago en su camisa la cual estaba empapada de un licor púrpura. Muy asustado acudí en su ayuda sin antes increparlo por su evidente ataque causado por el exceso de alcohol. Aproveche para advertirle que su borrachera no era sana y si tenia algún problema que lo aquejaba debía decírmelo ya que para eso están los amigos. Con dificultad movía su cabeza en gesto de no estar de acuerdo conmigo, su rostro que no dejaba de botar sudor parecía maldecirme por alguna extraña negligencia. La muchedumbre del lugar nos cerco haciendo que faltara el aire, lo noté porqué mi amigo trataba de decirme algo, mas no podía con tanto curioso acechándonos. Tras pedir que llamaran a una ambulancia y esperando a esta, noté que me había manchado la rodilla del pantalón con el licor impregnado en la camisa de farkas. En un esfuerzo sobrehumano mi amigo me miró con misericordia y me dijo en tono de ruego: “admite..que me robaste el..re..reloj… porfavor…”.Yo soltando un respiro agregue que no había tiempo para seguir con el jueguito del robo, diciéndole esto una camilla ingreso en el lugar. Recostado ya y con una mascarilla de oxigeno, murmure al enfermero que por su manera de tomar tenia muy bien merecido el “sustito” que le quería dar el corazón a mi amigo. Mientras se alejaba y temiendo que, no me escuchara, apunte a mi reloj y le module que “a que hora lo llamaba” al parecer mi mensaje lo comprendió, ya que ocupando sus ultimas fuerzas me respondió que a la “una”´, esto lo ilustro con su dedo de al medio.
Después de eso la fiesta continuo hasta altas horas de la madrugada, eso me lo confirmo mi reloj y el encandilamiento del sol matutino, con una botella de ron caminé abrazado de la in sinuosa y los dos cantamos alegremente el himno del gringo “¡where is his watch!”.






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LoGiA CreAtIvA

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